Nos estamos extinguiendo. Estas son las razones.
Razón número 1: la súper población. Ya somos más de 6 mil millones devorando esta Tierra.
Esto nos lleva a la razón número 2: menos recursos naturales disponibles. En 100 años podría haber agua, pero, nadie garantiza que la habrá. Hasta ahora, las predicciones indican que el agua dulce está disminuyendo, sino es en cantidad, lo es en disponibilidad. Contaminamos el agua dulce de una forma que da miedo.
Razón número 3: estamos eliminando la forma de vida más importante de la Tierra, los árboles. Los bosques son lo más importante del ecosistema, sirve como casa de muchas especies de animales y plantas.
Los árboles son productores de oxígeno. Los árboles mantienen la Tierra fresca y evita que el Sol pulverice el suelo.
Los árboles canalizan el agua al sub suelo y forman las fuentes subterráneas de donde tomamos.
Razón número 4: nosotros. La evolución o el Creador, en lo que crean, nos dio la capacidad de gobernar esta Tierra, o al menos creer que así es. Pero lo que hacemos es desogobernarla.
Interferimos en el clico natural de muchos procesos biológicos en la Tierra, como el hecho de arrojar a la atmosfera dióxido de carbono de forma irracional.
Sabemos que existen otras formas de obtener energía más limpia, pero el sistema quiere que sigamos usando los combustibles fósiles.
La humanidad es una de las fuentes de emisión de gases de efecto invernadero más grande de la Tierra. Me atrevo a decir que incluso más grande que los volcanes, responsable en otros periodos de la Tierra, de cambiar el clima.
La humanidad abre el vientre de la Tierra para extraer minerales. A estas alturas, el oro sigue siendo más valioso que el agua. Todos necesitamos tomar agua todos los días. No todos podemos tener oro.
La locura por el oro deja ríos y suelos envenenados y paisajes destruidos. En Nicaragua, todos los años, mueren personas extrayendo materiales para poder sacar migas de oro.
Al final, quienes están sufriendo más en este proceso de extinción lento, son los que tenemos menos dinero.
Vivimos una realidad de Darwin, en la que el más fuerte, vive. En este caso, el que más tiene vive, el resto sobrevivimos.
Lo más cruel es que la mayoría de la población no se da cuenta que la Tierra está hecha mierda y que su descendencia están destinada a vivir en un mundo caótico.
Como en nuestra Nicaragua en donde apenas estamos buscando la forma de poder hacer gobernable el país.